Sueños literarios
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Llevo una diminuta caja en las manos. Se me aparece un hombre que conozco y
no conozco. Y él, sin duda, no me conoce; no, no me conoce, pienso. Pero, como
si hubiera leido mi pensamiento, dice: "Sé muy bien quien eres. Dame esa
caja" Se la doy. Entonces ordena: "Tómala ahora y ábrela". Lo
hago y sale de ella un conejo. Me pregunto como habrá cabido ahí, como habrá
podido introducirlo en un lugar tan pequeño.
...
"Dando un paso más, el soneto se constituye en máscara"
"Kamasutra para dormir a un espectro"
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