Sentada en la roca apuraba su copa de vino esperando su regreso. Desde allá arriba él le hacía señales sin ser visto y el eco de su voz se enredaba entre las nubes de tormenta, que iban cubriendo el cielo...
Fue aquella mañana en la que él la invitó a su estudio de fotografía para hacerle ese book, tantas veces prometido, cuando de nuevo volvieron a asaltarle los mismos interrogantes...
En aquel lugar abandonado del que emergían torres apuntando a un radiante sol naranja, se preguntaba si encontraría alguna huella de su presencia, camuflada en las estructuras de hormigón que poblaban el desolado paisaje...
En bosquejo boceto cantan a dueto un cuervo y un ruiseñor. Ni silbidos ni graznidos ni colores, pompas de jabón y siete flores que paren nostalgias al vacío del Gran Hueco, donde todo cabe...