martes, septiembre 18, 2007

Habitación roja

Cierro los ojos y bajo reptando los peldaños de la escalera, arañando las paredes rojas con mis manos, dejando que se fundan con los desconchones de mi piel blanca. El suelo arde con el vaivén de las llamas de mi pelo. Suena con fuerza el cello rebotando entre mis apretados dientes.

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