martes, noviembre 25, 2008

Crepúsculo

SE HAN UNIDO la hora, el piano y tu cuerpo,
para hacerme morir de nostalgias fragantes…
¡Qué me importa la vida! ¡Por cogerte una estrella,
rodaría a un abismo de dolor y verdades!
y has mustiado mi frente con la música triste
de la nieve y del luto del piano y tu carne…
¡Con tus armas de seda, de perfume y de llanto,
te daría cien almas que pudieras quitarme!
…La sonata se extingue…Por la abierta ventana
entre un rosa encendido de caída de tarde,
y tus manos se abaten cual palomas heridas
y el piano parece que se tiñe de sangre…
Juan Ramón Jiménez "Crepúsculo en la estancia"

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