sábado, mayo 24, 2008

Travesías

Al naufragar del día,
tú, pasajera
de travesías por abril y mayo,
te quisiste salvar, te estás salvando,
de la resignación, no de la muerte.
Se te rompen las olas, desbravadas,
hecho su asombro espuma,
arrepentidas ya de su milicia,
cuando tu les ofreces, como un pacto,
tu fuerte pecho virgen.

Razón de amor. Pedro Salinas

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