martes, marzo 30, 2010

Asaborake (Al abrirse el alba)

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Esa libélula era el destino, igual
que era el destino, tu destino, que
tú hicieras estas maravillas que
haces ahora. Felicidades de corazón.
Tienes tanto que contar...¡Y cómo
lo cuentas!
Mil besos.

ZAXANAERCIS

8:01 p. m.  

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