miércoles, marzo 12, 2008

Caníbal

Te comeré la piel de silencioso musgo,
gustaré de tu sangre prodigiosa. Tu cuerpo,
como una tibia esfera de manzana o membrillo,
devoraré despacio. Lameré tus axilas
y el hueco de tus manos. Mi locura
me llevará a los límites confusos
donde pecado y dicha se entrelazan
en un grito de amor, hambre o lujuria.
Morderé tu contorno hasta acabarte,
hasta que te rindas, con la carne en ascuas,
El caliente tributo que apetezco…
Ya no tengo bastante
con tu cuerpo.
La luz de tus pupilas
no podrá iluminarte las entrañas,
ni toda tu saliva me bastará
para calmar la sed insoportable.
Ya no me basta el gusto
cereal de tu vientre, ni me sacia
el vino delicado de tu sangre.
La obsesión se apodera de mi sueño
y el hambre me hace un cerco cada noche.
Susténtame con la manzana oscura
del corazón que guardas en tu pecho.
"Tratado de cicatrices"
Josefa Parra

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