el cielo que veo

El cielo que veo esta tarde esta pintado con colores imposibles que se resisten a abandonar el día. Abro mi ventana deseando que alguna nube se meta dentro, pero solo consigo comprobar lo inalcanzable de mis deseos, porque ellas viajan veloces al mundo de los sueños. Es allí donde tal vez vuelva a encontrarlas y al despertar pueda contemplar de cerca como se visten para el amanecer, y yo con ellas.

Cielo sobre Berlín

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Es maravilloso, vivir sólo en espíritu, y día a día, eternamente, dar fe de lo espiritual en las personas. Pero a veces me harto de mi existencia espiritual eterna. Entonces quisiera dejar de flotar eternamente por las alturas, quisiera notar que tengo peso, que se anulara la ausencia de fronteras, y ligarme a la Tierra.

A cada paso, y a cada ráfaga de viento, me gustaría poder decir:
"¡Ahora, ahora, y ahora!"
Y ya no decir más "desde siempre" o "eternamente".
Sentarme en la silla libre en una partida de cartas. Que me saluden... aunque sea con un pequeño movimiento de cabeza.

Siempre que hemos participado en algo, ha sido fingiendo. Hemos fingido que en una velada de lucha, nos dislocaban la cadera... Hemos fingido que pescábamos en compañía... Hemos fingido que nos sentábamos en la mesa, y bebíamos y comíamos...Que nos servían cordero asado y vino en las tiendas del desierto...sólo lo fingíamos.
No es que quiera tener un hijo, ni plantar un árbol. Pero que agradable debe ser, volver a casa después de un día pesado, y dar de comer al gato, como hace Philip Marlowe. Tener fiebre, mancharse los dedos de negro al leer el periódico, entusiasmarse no sólo por cosas espirituales, sino por las comidas, por el contorno de una nuca, por una oreja.
Mentir. Como un bellaco. Notar que el esqueleto se mueve contigo al caminar.
Suponer las cosas, por fin, en lugar de saberlo todo. Poder decir: "¡Ah! ¡Oh!" y "¡Ay!", en lugar de "sí" y "amén".
Y por una vez, entusiasmarse también con el mal. Atraer hacia sí -de los transeúntes- todos los demonios de la Tierra. Y por fin, lanzarse a cazar en el mundo.
Desmelenarse.
O por fin saber qué se siente, cuando te quitas los zapatos bajo la mesa, y descalzo, mueves los dedos. Así...
Estar solos.
Dejar que todo ocurra.

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Diálogos de la película “El cielo sobre Berlín” (guión de Peter Handke y Wim Wenders) que he leido y disfrutado unas cuantas veces.

Homenaje

En esta tranquila mañana de domingo, de luces tamizadas y ajena a la prisa, quiero rendir homenaje..
…a lor muros altos, difíciles de escalar (pero no imposibles)
…a los retos
…a lo inacabado
…a los cactus, tozudos y pacientes, creciendo con muy poco, pero sabedores de alcanzar el cielo
… a lo que se conjuga sin dejar resquicios, ni siquiera para que circule el aire
…a la música del cello que me hace libre y poderosa

Viajeros

Cuentan los viajeros que a veces ni la nieve, ni el hielo, ni el blanco entero pueden enfriar sus ardientes deseos. Es entonces cuando las carreteras huelen a llegada y la nieve al derretirse forma delicados collares de estrellas blancas que adornan sus arcenes. Dicen que es tal la emoción que sienten entonces, que les resulta imposible moderar su velocidad, no la de la máquina que se transforma en nube, sino la de su propio corazón.

Bruja de anis

...No había debajo del disfraz que te ponías tú, más que una niña a la espera de algún principe azul. Ibas para reina pero un hechicero te dejo así convertida en una pobre bruja del montón.
Aunque la canción de Sabina tiene bastante razón, a mi los hechizos a veces me funcionan, por eso llevo siempre los bolsillos llenos de bolas de anís, redonditas, blancas y muy dulces.

Cuervo negro

Aquel cuervo que voló
sobre nuestras cabezas
y se perdió en el turbio pensamiento
de una nube errante
y cuya voz cruzó el ancho horizonte
como una breve lanza
llevará noticias nuestras a la ciudad...

Nuevo nacimiento
Forugh Farrojzad

Colores

Tengo ganas de primavera y de volver al fuxia, al turquesa y a los amaneceres amarillos, cuando la luz cálida lo inunda todo y no deja espacio para la tristeza. Tengo necesidad de volver a sentir el color en mis retinas, de pintar con los ojos y con las manos, de dejar los neutros como soporte para que todo vibre más. Tengo necesidad de saltar las alambradas, de oler a azahar en lugar de oler a invierno, de juntar el día y la noche para no tener que cerrar los ojos. Tengo ganas de ser pirata en un barco sin rumbo disfrutando de las olas. Tengo ganas de vivir.

Caballos

CABALLOS BAJO LA LLUVIA

Cuando mi mente está llena de sueños,
más oscuros, más remotos
que lo que puede explicar mi pensamiento,
más salvajes, más ardientes
que lo que puede comprender mi corazón,
quiero solo quedarme bajo la lluvia
como los caballos permanecen bajo la lluvia
en una llanura extensa y jugosa
entre pesadas montañas, como las de aquí.

Estar inmóvil y sentir que el cuerpo mama
este frescor, esta fuerza, esta humedad,
que en torrentes impetuosos me chorrea
por la cara, el pelo y las manos.
Parecerme al bosque que mama,
como un niño, los pechos del cielo.
Parecerme a la planicie, desbordante de dulzura,
palpitante de píos deseos.

Como están los caballos bajo la lluvia,
inclinados, con los flancos mojados,
dejando que el olor a tierra y humedad
les recorra con fuerza y dulzura la mente,
así quiero estar y unicamente ser
y dejar que caiga la llovizna del cielo,
hasta que el pensamiento libre ya de fiebre
lleve los sueños a la claridad
en una calma resistente y silenciosa.

Astrid Andersen

Crepúsculo

Camino atravesando el árido desierto gris, pero no importa, porque llevo en mi piel los naranjas del crepúsculo y un escarabajo negro posado en el ombligo, que con sus cosquillas alegra mi caminar.

La caja de los siete secretos

¿Alguien duda de la existencia de los magos?
Os contaré mi historia..
Ayer, uno de ellos(lo adiviné enseguida) me regaló su Caja de los siete secretos .
Al principio, al depositarla en mi mano (cabe perfectamente en mi palma), solo pude leer a través de su ventanita estrecha: El primer secreto que he guardado...mi impaciencia por desentrañar el misterio me hizo darle vueltas y más vueltas, incluso quise levantar la tapa (aunque en uno de sus laterales se leía claramente NO ABRIR ) hasta que caí en la cuenta de que si giraba despacio uno de los palitos de madera que sobresalía, los secretos podían leerse a través de la ventanita alargada...
El primero hablaba de recuerdos y de libros de poesía, el segundo de una imagen que dio color a mis mejillas, el tercero se refería a un olor (que desconozco porque es mío y es muy dificil olerse a uno mismo), el cuarto era un instante pero de tanta intensidad que me hizo extremecer, el quinto recordaba un sabor.., el sexto hablaba de esperanza y de futuro y el séptimo es para mi la eternidad que deseo..
No puedo contar más, únicamente que me paso el día dándole a la manivela, despacito, recorriendo los secretos del uno al siete y vuelta a empezar. Cada vez que aparece uno, inspiro profundamente para tomar aire y poder leer el siguiente. Sin embargo, en el séptimo siempre me derrumbo, y no siento el corazón .. la magia consigue arrebatármelo y meterlo dentro de la cajita, donde lo veo flotar emocionado y feliz en un mar de agua salada (que debe fluir de mis ojos y que no se por que resquicio se cuela dentro).

Presagio

Esta mañana temprano, al abrir la puerta, el ROJO se ha colado en mi habitación. Ha seguido un recorrido casi circular, pasos largos como días, 16. Se ha detenido en el 15 y me ha arrastrado en su torbellino hasta dejarme pegada a la pared. Aquí sigo atónita notando como mi piel va cambiando de color. ¿Rojo presagio?

Palmera

¿Alguien sabe si esto forma parte de la campaña antitabaco?

PROHIBIDO

PROHIBIDO

Prohibido girar
y encontrarse con un mar azul turquesa
una barca roja
y un cielo en llamas

PROHIBIDOApartarse del camino de cemento gris
(donde no ocurre nada)
Y trepar por el muro
donde se pintan los sueños

PROHIBIDALa irracionalidad
La desnudez
El deseo
Los mordiscos en el cuello
La risa

PROHIBIDO
EL ROJO
…

Por un momento
estuvimos en el muro.
Fuimos sombras

Ahora seguimos caminando…

La roca

Me subo a la roca, la gran roca blanca, imagino que es una montaña muy alta (quiero sentir el vértigo), cierro los ojos y pensando en el vacío me lanzo dando un gran salto. Disfruto de la sensación de gravidez al caer sobre la arena húmeda y notar como mis pies se hunden dejando sus huellas profundas. Abro los ojos y comienzo a caminar despacio, guiándome únicamente por el brillo de las piedras semienterradas en la arena. Me agacho de vez en cuando para coger algunas y las aprieto entre mis manos hasta que consigo comunicarles calor.
No tengo prisa por llegar a la orilla, me basta con escuchar el susurro pausado de las olas. Sin embargo, a medida que noto su presencia salina, me va invadiendo la ansiedad. Se que cuando llegue mis ojos se llenarán de su luz y ya no verán otra cosa, el resto de la travesía se difuminará en mi memoria. Entonces seremos únicamente él y yo. El llenándolo todo. Ya no habrá dentro y fuera, forma y fondo, sino un indisoluble espacio que contemplado desde lo alto de la roca, volverá a ser una brillante mancha de color turquesa.

Sirva como homenaje a Alfonsina Storni que decidio un dia ser parte del mar...

El ojo, su ojo

El fabricó para ella un tercer ojo, su ojo secreto, y lo colocó en un lugar privilegiado de su rincón de trabajo, al que sabía que acudiría todos los días.

Para él la sensación de ser observado por ese ojo, permanentemente conectado, le acercaba a ella porque no lo sentía como un ojo vigilante, sino dotado de una mirada comprensiva que hacía que brillase con diferente intensidad, incluso en la oscuridad y al que notaba parpadear, presintiendo que lo hacía al ritmo de los látidos de ella. Y era cierto, porque ese corazón que se encontraba al otro lado, era capaz de transmitirle al ojo, sus emociones. De ahí que a veces se acelerase, provocando un continuo parpadeo, otras se quedase fijo con mirada lánguida e incluso, en ocasiones, se humedeciese, cuando lo contemplaba a él cansado o abatido. Sin embargo el ojo, su ojo secreto, era capaz de controlar sus emociones (no olvidaba que era un ojo furtivo) y únicamente las dejaba salir cuando estaba a solas con él. Cuando notaba la presencia de alguien en la habitación se quedaba muy quieto, volviendo a su categoría de inanimado, evitando así ser descubierto.

Para ella el ojo, su ojo, era su regalo más preciado porque significaba la generosidad absoluta, la entrada a la intimidad de él sin condiciones. Sabía que podía estar pegada allí todo el día, viendo por sus ojos y tocando con sus manos, siendo parte de su ser. Ella recordaba las palabras que acompañaron a su regalo..tu ojo estará aquí, para que lo abras cuando quieras, con él te será más fácil atravesar el desierto, soportar los momentos de sequía que podremos encontrar en nuestra larga travesía a Itaca. Sequía de piel, de tacto, de lo material..presagiaba ella.

Por eso para ellos el ojo se fue convirtiendo en un ser completo, al que dotaron de los cuatro sentidos que le faltaban, capaz de dibujar sobre la gris ausencia un camino brillante en el que pudiesen encontrarse, ajenos a los convencionalismos de espacio y tiempo, todos los segundos de su vida en los que su presencia material no fuese posible.

frente al mar

Frente al mar

los abrazos se echan más de menos

porque cada ola

por pequeña que sea

te recuerda un beso

manguera infinita

..sobre la arena creí contemplar el infinito en forma de manguera, por supuesto de color ROJO, ¿serán mis pensamientos que manipulan a mis ojos para que vean lo que quiero ver?

El mundo de la botella

Contemplaba tumbada la botella de agua, que difícilmente se mantenía en equilibrio sobre el salpicadero del coche. No me interesaba otra cosa que mirarla, pensaba que si no dejaba de hacerlo, en algún momento me colaría dentro.
Y así ocurrió….

El mundo que descubrí allí era tan distinto del que veía a diario..

El horizonte no era una línea recta, sino un perfil sinuoso en continuo movimiento que pude recorrer con mis pies descalzos, disfrutando del desequilibrio que convertía mi caminar en una especie de danza lenta y atrevida, con continuos quebrantos que me obligaban a controlar mi cuerpo en cada paso.Las nubes, borrachas de aire, recorrían el cielo a un ritmo vertiginoso impulsadas por la libertad que otorga el carecer de límites, dibujando en su camino espirales blancas a mi alrededor.Y la tierra, ¿qué podría contaros de la tierra? Cuando cansada caí en sus brazos sentí la caricia del barro envolviendo mi cuerpo, un ser vivo de infinitas lenguas lamiendo cada poro de mi piel, mientras rodaba con sensación de ingravidez .

Desconocía que en mi rodar inconsciente me sumergiría finalmente en un océano turquesa con luz radiante de primavera y mi cuerpo se licuaría confundiéndose con el agua transparente de la botella..
Y aquí sigo, guardarme el secreto.Los que viajaban conmigo creen que en alguna de las paradas que hicimos abandoné el coche. No encuentran otra explicación.
La botella de agua imagino que tuvo el final previsto. El agua se calentaría e iría a parar, como en otras ocasiones, al sediento asfalto y la botella a la papelera de la gasolinera.
Yo la recuerdo con cariño de hija, porque para mi fue el útero que me hizo nacer a ese otro mundo del que os he hablado. Aquí me siento feliz descubriendo cada día cosas nuevas e increíbles.

Y ahora..

Sigue contemplando fijamente tu botella..